Comunidades de mujeres




Si me preguntaran si creo en el concepto de pareja, tendría muchas reticencias en contestar con un simple “Si”. Pues si por una parte creo que es maravilloso estar enamorada, no lo es tanto ciertos efectos colaterales que vienen derivados de una mala gestión de la individualidad propia y compartida. Pero hoy no quiero hablar de pareja y de a veces su dulces y sofocantes efectos secundarios. Quiero hablar de las comunidades de mujeres, de su poder y de su necesidad, como una prolongación de la familia nuclear. Y cuando hablo de comunidades de mujeres, puedo decir que me veo forzada a incluir en estas a amigos cercanos con su lado femenino desarrollado.

Aquí en este barrio, hay una comunidad variopinta de mujeres, es cierto que a las que me refiero, son en un noventa por ciento lesbianas. Pero la particularidad de las comunidades de mujeres y su beneficios, no son exclusivos de las lesbianas.

Ya son trece años viéndonos las caras, conociéndonos, intercambiando intereses. Y mas concretamente en mi caso, como eje y centro de operaciones desde la Karakola. A veces tengo la sensación de conocer a mas de 500 mujeres de vista, claro, comunmente reunidas en eventos varios. Pero si lo reducimos a las vecinas del barrio, se quedan en 50 las mas cercanas. Y si cierro mas, nos quedamos en 15 mujeres que estamos en el proyecto de Brunch desde hace dos años. Creando y consolidando una comunidad de mujeres, abierta donde el cuidado y los intereses comunes consolida un eje de poder e interrelacion muy importante.

¿Por qué son importantes las comunidades?

Personalmente creo que toda agrupación de personas que fomente la interrelación, el compromiso por un objetivo común entre sus miembros. Y genere un espacio de encuentro personal y afectivo. Es la mejor apuesta política contra el capitalismo y la cultura del miedo al “otro” y el aislamiento individualista. La gente que vive sola, o en pareja… que a veces es casi mas solitario que vivir solo. Y que van acumulando neurosis contra todo, se van desentrenando en la convivencia. Y es fundamental convivir y compartir. Ser sociables nos hace mas libres, pero muchas veces también nos da herramientas frente a situaciones cotidianas de opresión. Comunicarnos con otras, nos aleja de esa imagen absurda “estoy sola en el mundo” y nos cambia la mirada, hacia actitudes mas fuertes y mas positivas. Muchas veces cuando estamos en una comunidad de mujeres, por ejemplo en una tarde de Brunch, y una cuenta, “me paso tal cosa en el curro por… “ el simple hecho de verbalizarlo, cuando en la replica de varias, la experiencia es informalmente común. Y cada una muestra alternativas personales para salir de una situación similar en el pasado. La maquina del empoderamiento empieza a funcionar y del angustioso “estoy sola” se pasa, a la conciencia “No me ha pasado solo a mi, y hay estrategias para cambiar esta situación”. Algo tan tonto como esto, es para muchas un cambio fundamental en su percepción de los problemas y de su autonomía.

“Porque tengo quien me escuche, refuerce; soy mas yo”.

Podría reforzar mi teoría, que no se puede ser individua si no aprendes a vivir en comunidad. No puedes ser tu, si no tienes un grupo de apoyo y referencia. Y si este es tu familia, muy bien, pero si se multiplica en/a colectivos, comunidades, pandillas, equipos de futbol y similares, las cosas iran de mejor en mejor. Y no tendras que pedir a SOMA al regulador medico de drogas común.


Asor Rosa

Lalupe cree que es un perro

Lalupe cree que es un perro y Uaja cree que es un gato. Lalupe con su lomo negro, su cara afilada de pantera casera, se mueve casi sin rozar el suelo por toda la casa. Su mayor objeto de deseo y atracción es Uaja y de él ha aprendido todo lo que necesita saber una mascota casera.

Cuando llego por la tarde de la oficina a casa, Uaja esta detrás de la puerta pegando saltos, y Lalupe mas digna, no pega saltos, pero se sube al sitio mas alto que haya cerca de la puerta y mira abriendo las pupilas y sonriendo.
Paso la mano con una caricia rápida, primero por uno y después por otro. Una vez saludados se van a jugar a sus cosas y yo puedo descargar la mochila, ducharme y quitarme algunos datos del cerebro bajo el agua.

Uaja no soporta al vecino de al lado, sobre todo desde que tiene un perro. Y cada vez que sale de casa, en cuanto oye las llaves se acerca corriendo a la puerta y le ladra tanto al perro como al vecino. Es una costumbre muy molesta que le estoy intentando erradicar. Uaja nunca ha sido un perro especialmente escandaloso, pero cuando le cae mal alguien se le nota igual que a toda mi familia. Pero he tomado medidas y estoy pendiente. En cuanto escucho el sonido de las llaves del vecino, agarro a Uaja y le digo: -“ Es el vecino, no puedes ladrarle al vecino… ¿no ves que nos deja notas?” Pero esta semana cuando estaba en mi momento pedagógico con Uaja, para mi sorpresa Lalupe al oír las llaves del vecino, corrio a la puerta y desde sus 30 cm de altura empezo a maullar amenzadoramente. En fin, que le voy hacer, Lalupe quiere hacer todo lo que hace Uaja, por ahí dicen que los seres que pasan mucho tiempo juntos se mimetizan y debe ser verdad.

Cuando Lola viene a pasar las vacaciones en casa, decide hacer un curso intensivo de como ser gato y persigue a LaLupe por encima del sofa, por debajo, intenta treparse por la pared. Y hasta maulla. Lalupe cuando Lola esta dormida la ataca a traicion le muerde el rabo o las orejas... Lola se despierta moviendo el rabo y vuelve a perseguirla por toda la casa... Pero como se suele decir los amores compartidos, son a veces dolorosos y cuando Uaja se ve fuera de juego, se pone en una esquina a mirar al horizonte melancolico...

Otras veces es Lalupe la que toma una buena posicion para observar, mientras Uaja y Lola juegan a la presa, cojo el juguete es mio es mio .... ah... ahora es tuyo, te lo quito, te lo quito...

Y yo, ¿que tengo de ellos?… mmmm, el mal genio cuando me despiertan, comer bien y tomar el sol son parte nuestras prioridades y por supuesto; jugar jugar jugar…







Retazos de realidad. Asor Rosa