De todas las palabras del mundo, la preferida de Julien era “imposible”. Porque para Julien, cuando algo parecia imposible él, henchía el pecho, se llenaba de orgullo y empezaba a sacar polvo del suelo con una de sus piernas, como un toro a punto de embestir. Y es que su amigo Arturo le había contado que los índices de natalidad habían lanzado que la población femenina del mundo superaba con gran diferencia a la masculina. Pero que teniendo en cuenta de más de la mitad de esa misma población femenina, eran mujeres que se enamorarían entre ellas. Quedarían muchas mujeres donde elegir, pues también la mitad de la población masculina tendería a enamorarse entre si. Pero a Julien, no le interesaba esa franja amplia de mujeres heterosexuales en edad activa. Julien, no era un hombre de esos que se conforman con llevar una vida normal. Siempre queria mas, y queria superar en todos los sentidos a sus semejantes, aunque pecara de extravagante. Por esta misma razon se había empeñado en seducir o “reconvertir”, como decía en las cañas con sus compañeros de trabajo, a la franja lesbiana de mujeres en edad activa que se fuera encontrando a su paso. Aunque esa era su idea, sus triunfos en este sentido eran cada vez mas escasos, por no decir inexistentes. Al fracasar en su instinto observador y depredador intentando detectar lesbianas en el metro, en su trabajo o en el supermercado. Habia terminado por entrar a un chat de internet y hacerse pasar por " Socorro55". Finalmente, termino enganchado a las conversaciones con una lesbiana que se hacia llamar "Yolanda 69", por fin un dia decidio quedar con ella. Se encontrarian en la cafetería del Vips de Gran vía y "Yolanda69" dejaria una rosa de los chinos apoyada encima de la mesa. Después de casi tres meses de noches insomnes y polvos cibernéticos, era un gran paso para Julien, esta primera gran cita, donde se encontraría de frente por primera vez con una mujer lesbiana seducida por él. su primer trofeo. Cuando llego la cafetería estaba llena y despues de dar un vuelta, observo que en una mesa vacia, habia una rosa envuelta en papel de celofán y en el asiento la chaqueta, de su amiga cibernética. Habría ido al lavabo, pensó por unos momentos. Se relamió los labios, se paso la mano por el pelo con gomina, que seria lo que le diría a “Yolanda69”, cuando comprobara que “Socorro55”, no era “ella”, sino “él”. Estaba pensando en ello cuando en la silla de enfrente se sentó un señor con barba blanca, muy bien cortada y cuidada de unos recién cumplidos sesenta años, no pudiendo disimular una sonrisa.
- No me digas que tu eres “Socorro55”
- Si... ¿Tu eres Yolanda69?
- Si. Esta si que es buena, me habían dicho que no era él único que me metía en los chats fingiendo.
- Pues si, ya ves…
- Bueno, ¿que hacemos?
- Pues cenamos, ¿no? Tenemos una cita.
- Me parece buena idea. Y tu “Socorro55”, ¿Estudias o trabajas?.
Julien no le contó nunca a sus compañeros de trabajo el incidente, ni el encuentro con su nuevo amigo “Yolanda69”. Ni tampoco como a partir de ese dia, empezaron a quedar para jugar a las cartas todos los jueves y si un dia se sentían inspirados se alquilaban una película de esas en las que dos actrices que a todas luces no son lesbianas fingen, que lo son. No les daba ningún corte verlas juntos, no en vano habían tenido cibersexo en común muchas veces y se tenian confianza.
Esa primera noche de la cena, después de haber dado cuenta de un vino carísimo, Julien se atrevió a preguntarle a “Yolanda69”:
- Tu crees que habrá alguna lesbiana en esos chats.
- Pues a lo mejor no.
____________________________________________Asor Rosa
Set el perrito valiente
Hace 10 años
4 comentarios:
jajajá..
es que en esos chats se encuentra cada cosa xD.
Saludos, buen blog (:
La verdad, es que no lo se,
pero me lo han contado....
jejeje
Bueno, me parecio un buen tema para un cuento, me alegro de que te guste.
*;)
salu2
Asor
jajajajaja...
Pues mira que yo si visito esos chats, y grrrrrr, me da coraje pues es tan raro encontrar a una mujer!.
jaajaja, buena historia.
pues es verdad, ojala pudiera simplemente sacar una silla a la calle y hablar de comadre a comadre con las vecinas y las relaciones humana no se enfriaran y enrevesaran tanto. Que a veces, es mi caso, para ver a mis mejores amigas tengo que pedir mas audiencias que con el ginecologo de la seguridad social.
jajaja
*;)
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