
I. Caperucita Roja
Caperucita Roja estaba harta de vivir como siempre le había enseñado su mamá, siempre haciendo lo que la gente esperaba de ella, nunca diciendo una palabra más alta que otra. Así que la mañana que su mama le pidió que le llevara los taper con sopa y cocido congelado para toda la semana a la abuela. Caperucita vio una luz en el horizonte y le respondió feliz a su mama:
- Claro mamí, estoy encantada y feliz de poder ayudarte.- Formula antes aprendida a base de cocotazos que le propino su mama.
Por eso, esbozando su mejor sonrisa, Caperucita espero que su madre se enganchara a la telebobela y se fue con su mochila ha recorrer mundo. Pues Caperucita Roja estaba harta de llevar el peso encima de no solo ser una niña modelo de cuento, sino también de llevar una ropa que no se adaptaba a su estilo.
Así que a media mañana andando por el bosque de la zona rural donde su abuela se alojaba, Caperucita se encontró un perro bastante feo y despeluchado que empezó a seguirla. Ella le grito varias veces:
- Vete, perro, que no quiero hacerme responsable de nadie.-
Pero el perro, no atendía a razones y la había elegido como dueña. Al final Caperucita pensó que era tan feo y despeluchado que le venia muy bien para la nueva imagen que quería llevar. Así que decidió bautizarle, echándole unos trozos de barro y mierda de vaca que se encontró por el camino:
- Yo, Caperucita te bautizo “LoboFeroz”, amigo y fiel compañero.-
Y siguieron los dos de camino a casa de la abuela. Cuando llegaron sedientos, la abuela que tenía una mentalidad mucho más abierta que la madre de caperucita, estaba reunida con todas sus vecinas de sesenta años recordando sus adorados años “hipiies” de los sesenta, haciéndose trenzas en el pelo y masajes en circulo, cantando a cappela y comiendo una tarta de chocolate que a cada bocado se morían tanto de la risa, que se tenian que ir corriendo al huerto y dar una voltereta en el aire.
Caperucita que era de las nuevas generaciones, no entendia tanto alboroto por unas trenzas y una tarta, así que saludo:
- Hola a la concurrencia, la sopa y el cocido de la semana.-
La abuela se levanto y se dirigió a ella:
- ¿Y este perro sarnoso?.-
- Es LoboFeroz, un nuevo amigo.- Respondió Caperucita
La abuela lo miro de arriba abajo y le entro tal ataque de risa, que se tuvo que ir al huerto a dar una voltereta en el aire.
Caperucita viendo que su abuela se pasaba a extremos peligrosos, guardo bajo llave toda la tarta que quedaba, pues sabia que era la única forma de que la abuela y compañía le prestaran algún tipo de atención.
La abuela que sabia que Caperucita siempre se las traía, se había dejado ganar la partida cuando se había ido corriendo al huerto, así que resignada llamo a todo el mundo:
- Chicas, atención¡¡ Que mi nieta a puesto bajo llave con su perro mugroso la tarta de chocolate, así que algo quiere…-
Todas protestaron, pero fueron corriendo a ver que se le había ocurrido a ese monstruo de niña que semanalmente rompía la armonía de su vida en comuna. La abuela la miro a los ojos y le dijo medio divertida, medio molesta:
- Habla, ¿Qué quieres ahora? Chantajista barata….-
- Quiero que me cosáis un traje nuevo, sin caperuza y por favor que no sea rojo. Renuncio, ya no quiero ser más caperucita.-
- Aja¡¡- Dijo la abuela mientras cogía un metro.- ¿Y para lobo feroz no quieres nada?
- Si, quiero que le hagáis un disfraz de conejo rosa.- Respondió Caperucita tan seria que nadie se rió y le empezaron a tomar medidas.
- ¿Y no quiere nada mas, la señorita?- Comento la abuela cuando habían terminado.
- Si, quiero la alfombra voladora y 500 euros.-
- No si tonta no es.- Dijo una de las abuelas.
La abuela de caperucita cogió el primer jarrón que encontró cerca y se lo tiro a la cabeza, la otra abuela que tenía muy buenos reflejos para sus setenta años cogió la escoba y le dio tal golpe que los trocitos quedaron fijados en el techo del salón como si fuera un cielo estrellado.
Al final la antes llamada Caperucita Roja le informo a todas antes de despegar con el también antes llamado LoboFeroz:
- Pues hasta siempre, señoras , desde ahora me rebautizo como Aladina y a Lobo Feroz como ConejoRosa. Nos vamos a recorrer cuentos, pues vivir siempre en el mismo es muy, pero que muy aburrido.-
Las abuelas como ya tenian la tarta de chocolate en su poder, se despidieron de ella haciendo muchas volteretas en el aire y riéndose. Cuando llevaban un rato volando y todavía oía sus carcajadas Aladina antes Caperucita Roja le dijo a ConejoRosa antes LoboFeroz:
- Pero que mal esta la tercera edad.-
- Si, ojala mis bigotes sean como los suyos.-
Respondió conejoRosa, pues con su nueva condición le pegaba un papel con más dialogo.
Los dos se rieron mucho y volaron en zigzag durante toda la tarde.
3 comentarios:
Hola Rosa. Estaba visitando páginas de cuentos y otras manifestaciones literarias y, recordando el título de un libro que hace tiempo leí, he llegado hasta tu blog. Tu cuento de caperucita no está mal, tampoco original, pero lo que te recomiendo es que corrijas la ortografía y la puntuación lo antes posible, porque eso sí que da miedo.
Un saludo.
Antes de criticar a los demás,
deberías predicar con el ejemplo y corregir tu también tus propias faltas de ortografía, puntuación e incluso de gramática.
Para empezar, y no alargarme demasiado, Caperucita se escribe con C mayúscula, que para eso es un nombre propio... ¿o no? je,je.
(Y que conste que yo sólo pasaba por aquí y no conozco ni al autor ni a quien escribió el comentario anterior)
Hola,
soy la autora y siento mis faltas de ortografia. Pero lo cierto es q le doy mas peso a otras cosas...
entre otras cosas pk no entiendo bien las reglas...
*:)
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