Cuando se levanto la casa estaba ardiendo. Su cuerpo permanecía inmóvil en la cama, convertido en un amasijo pesado de carne y huesos. Lo miro como quien mira a un traidor.
Toda la casa estaba en llamas, así que para ahorrar tiempo y aprovechando que su peso se había reducido a un espejismo salio por la ventana. El mundo se convertía en un amplio túnel y ella solo era vapor.
Set el perrito valiente
Hace 10 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario