A Eliana le robaron la inocencia cuando tenía cinco años. Iba vendiendo flores con su mama a los turistas. No tenian licencia para vender flores y la policía apareció de repente y se llevo a rastras a su mama. Eliana volvió sola andando a casa y se sentó en la cama a esperar. Su mama llego de madrugada y no le dijo nada. Eliana no pregunto nada. A la mañana siguiente Eliana aprendió a pensar como los camaleones que pueden mirar con un ojo sus espaldas y con otro el camino. Saben de quien se tienen que proteger y saben a quien tienen que cuidar.
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