
Todas las tardes a las 6 cuando salgo de trabajar, cojo el mismo autobús. Durante el trayecto, mientras miro las manchas de humedad en las paredes de los edificios, me imagino dibujos escondidos entre ellas y la sombra que proyectan los árboles en la fachada. La luz de la tarde en Madrid, siempre es algo que me fascina y relaja al mismo tiempo, como una brillantez que le da realidad a mi mundo.
20 minutos después, cuando me bajo del autobús, se que caminare unos 758 pasos y tendré la posibilidad de verte.
Fantaseo con que tal vez estés en la puerta de ese sitio en el que trabajas y que cuando me veas pasar me sonrías y me hagas un saludo con la mano. Tal vez si así fuera, me atrevería a acercarme y comentarte que tal esta el tiempo esa tarde y si a lo mejor lloverá. Y después de 10 minutos de frivolidad, tal vez nos intercambiaríamos teléfonos.
Hace 3 semanas que engaño a amigas para ir a verte, con la excusa de tomarme algo. Cuando me he atrevido a hablarte, no puedo mas que balbucear frases inconexas, tartamudear y sonrojarme. Mientras bajo la gorra sonríes divertida, y mis amigas analizan de ti cada movimiento, dicen que tal vez después de un año de frecuentar el café nos atrevamos a hablar. Si siguiera la tradición familiar te cantaría en una serenata la canción de “ojos negros”. Pero se que darte una serenata, no es el método mas “cool” para entrarle a una chica y menos si lleva zapatillas con calaveritas. Sin embargo, los otros 300 métodos que se me ocurren no ayudan mucho mas. Quizás no exista un buen método, para entrarle a una chica que nadie te presento nunca y que además es tan tímida. Las dos únicas cosas que quiero saber es si tienes tu corazón comprometido y si te gusto. Tal vez seria una buena idea tomarnos un cafe. Por eso, si pasas por aquí y lees esto… mmm ¿Te tomarías un café conmigo?
Asor Rosa
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