Cuando Carlota miro por primera vez a Maria de los Dolores, supo en un instante que las dos estaban hechas de la misma madera. En solo un instante supo que la iba a desear locamente y que frente a ella se sentiría siempre vulnerable. Y detrás de la segunda capa de su mirada, por un instante fugaz también supo que la forma de estar en el mundo de Maria de los Dolores, era completamente opuesta a la suya. Maria de los Dolores se escondería siempre de si misma, miraría siempre para otro lado, muy en el fondo, intuya que dejar salir libremente su verdadera personalidad le acarrearía grandes cambios, crisis y problemas. Siendo como habia sido educada dentro del seno de una familia convencional, era algo que no estaba dispuesta a poner en tela de juicio. Ella quería seguir las normas, acallar su fuero interno y ser como todas sus compañeras de parroquia, una perfecta ama de casa, un amante esposa y una madre ejemplar. Aunque su madre le decía una y otra vez que se iba a quedar para vestir santos, ella sabia que en cualquier momento le daría el SI, a Joaquín. Su mejor amigo, que siempre habia estado loco por ella. Por esa razón aunque Carlota notara en la primera fracción de segundo que tal vez esa podría ser una gran historia de amor, al minuto cuando vio como Maria de los Dolores le esquivaba la mirada, supo también que seria un amor imposible y nunca consumado.
Maria de los Dolores, habia sido educada para buscar la continua aprobación general y Carlota por el contrario era irreverente, no respetaba las convenciones y se reía de las normas. La única mujer y quizás el único adulto que habia prorrumpido en una carcajada descomunal un dia en mitad de una misa, porque el cura se piso la sotana y dio un traspiés habia sido ella. Habia sido una carcajada inocente como la de una niña, no en vano algunos niños de la iglesia recibieron pellizcos por acompañarla con sus risas. Maria de los Dolores tenia un carácter muy fuerte, que solo desplegaba cuando montaba por la mañana a lomos de su yegua Pandora por sus campos, parándose en a dar ordenes a los capataces y a revisar el desarrollo de la cosecha de café. Era una mujer dura y racional, con las cosas muy claras. Ella no lloraba nunca, porque las emociones era algo que no se permitía sentir, o por lo menos nunca en presencia de nadie.
Aunque Maria de los Dolores se escondiera detrás de la segunda capa de su mirada, cuando miro por primera vez a Carlota a los ojos, la mirada de esta atravesó esa primera capa, la segunda y la tercera, yendo mucho más allá y sembrándose en la superficie del cortes de su cerebro, donde decidió quedarse de forma permanente. Carlota habia empezado a trabajar para su padre llevando los libros de cuentas de la finca, el estado de las exportaciones y la calidad del grano. Cuando Carlota estaba delante, Maria de los Dolores sentía un cosquilleo extraño por todo el cuerpo, muchas veces dudaba en si estaba correctamente vestida, o se habia puesto la ropa interior correctamente. Cuando revisaban los libros juntas, no encontraba ninguna postura cómoda para sentarse. Se removía en la silla. Y cuando ya no podía controlar los nervios, tenia una sensación parecida a cuando le bajaba la regla y cortésmente se disculpaba para ausentarse a su cuarto y comprobar que no era así. Y por las noches, la semilla en su cortex, iba generando toda una serie de pensamientos y deseos que la aterraban. Antes de dormirse, se veía contando cada uno de los gestos que habia hecho Carlota estando con ella, desde los mas sencillos a los más complejos. Como habia cogido el lápiz, como se mordía el labio cuando pensaba. Y sobre todo se sorprendía pensando cosas como que labios mas bonitos tenia Carlota, o como olería su pelo suelto que siempre llevaba trenzado. Era una palpitación continua que la atacaba mas ferozmente cuando se quedaba dormida y en sueños rescataba a Carlota de ahogarse en el rió, la llevaba desmayada a lomos de Pandora. Y durante esos sueños la embriagaba una sensación de felicidad completa, de la que muchas veces le costaba despertar. Cuando despierta recordaba parte del sueño o se cruzaba con Carlota por los pasillos, se ruborizaba tanto que ni siquiera era capaz de esbozar un .- Buenos días.-
Tenia pánico de que Carlota algún dia descubriera lo que soñaba por las noches. Y ella se planteaba que los sueños son. E intentaba pasar a otra cosa. Aunque cada dia que pasaba sentía con mas fuerza el impulso de tocarla, de abrazarla… quería pensar que la única razón de este sentimiento, era el haber sido hija única y al ser Carlota menor que ella, proyectaba sentimientos de hermana. Eso era, ella en el fondo se identificaba con Carlota y serian buenas amigas, como si fueran hermanas. Pero una cosa era lo que quería Maria de los Dolores y otra muy distinta la que deseaba Carlota que no era la primera vez que se enamoraba de una mujer. Por eso el dia que Carlota invito a Maria de los Dolores a un paseo de domingo las dos solas con un picnic, ella nunca sospecharía las verdaderas intenciones de Carlota.
(Continuará)
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