El Naufragio I

Brenda había perdido de vista a Diana detrás de una ola. El mar estallo en una tormenta de repente y el barco viro hacia un lado hundiéndose. Todo sucedió tan rápido que ninguna de las dos pudo hacer nada para evitar el desastre.

Ahora sentada en la arena de la playa de lo que parecia una isla, recordó cada uno de los pasos dados, al emprender el proyecto de la construcción del navío. Durante dos años se había concentrado en cada pieza, buscando una armonía en toda la estructura, todo lo que sabia sobre barcos lo aprendió de su abuela y su tío con los que se había criado.

A Diana la conoció en una tienda de telas porque hacia velas por encargo para barcos, de colores, con escudos, con símbolos… Estaban revisando la tersura de la misma tela, Brenda mirando a Diana le pregunto.- ¿Será buena?.- Y Diana sonriendo le había confirmado que esa era sin duda la mejor del mercado por ese precio. Y que las que doblaban el mismo, no doblaban en calidad. Se hicieron amigas y ambas se contagiaron con ese sueño común. Brenda le pidió a Diana quele construyera unas velas de un color azul intenso, para que se fundiera con el cielo en la medianoche.

Después de dos años de trabajo se habían lanzado las dos al mar a realizar una ruta por las islas del pacifico. Pero ahora, Diana no estaba, no sabia si se habría ahogado y del barco no quedaba nada.

Alvaro y el gran gorila blanco

Álvaro miro al gran gorila blanco, se ajusto los pantalones y se acerco al mostrador. El chico que atendía lo miro socarrón, pues en toda la noche nadie se había llevado el gran premio. Pero Álvaro no le hizo caso, pues el sabia que si algo le gustaba lo iba a conseguir.

- ¿Cuantos tiros quieres?-
- Solo uno.-

Álvaro cogió el dardo, miro la diana que se hacia gigante entre la curva de sus dos dedos y tiro.

El gran gorila blanco y Álvaro salieron juntos de la mano de la feria, cada uno iba con su propio algodón de azúcar, tarareando una canción y sonriendo.

¡Perra vida!


No entiendo esa necesidad que tiene de gastar todos los días tanta agua, espuma y más agua. Se levanta por la mañana con calor, y en vez de hacer como yo, estirándome en el suelo para coger la mejor corriente. No ella se mete en ese cuarto chiquito y se echa agua espuma y mas agua. Y a veces lo hace varias veces. Esta tan dormida, que no ve y hay veces que esta a punto de pisarme, y yo la miro ignorándola, pues hasta que este lista queda mucho tiempo. Pero por si acaso, me pisa, le enseño un diente, para que vea que muerdo, ¡eh! que muerdo… pero pasa de mi, ella a lo suyo a gastar agua. Después se toma un liquido que llama << café >> y se pone esas telas de colores, que le dejan libres las piernas y los brazos, una incomodidad que nunca entenderé para que sirve, sobre todo en verano. Se recoge el pelo, coge mi correa, y al sonido… ya me pongo a correr por toda la casa, feliz, si, soy feliz cuando ya por fin esta lista para irnos a la calle.

Pero claro, ella piensa, que lo mejor para ella, también es lo mejor para mí, si desde esta mañana ya le he visto las intenciones, primero no se paso ella por agua, sino que se tomo un zumo de naranja y cogió la escoba, después la fregona, cuando había terminado toda la casa, se dio un agua pero no mucha y se puso una tela vieja. Agarro mi correa, pero me ato a la terraza y ahí empezó a hacerme lo mismo a mi, que de vez en cuando me toca, agua, espuma, agua, toda mi bonita melena vieja cayendo al suelo… He estado tiritando, pero no se ha compadecido de mi, he empezado a llorar primero bajito y después alto, nadie a acudido en mi auxilio, nadie vino a salvarme y ella echándome crema suavizante, para que no se me enreden los pelos… ¡Perra vida!

Con vestido de noche y pajarita...

Anoche soñé que Uaja (mi perro) y yo estábamos vestidos de gala, él con una pajarita blanca y yo con un vestido de noche. Esperábamos al borde de una carretera y detrás nuestro se extendía un amplio campo de trigo amarillo. De repente de la nada aparecía un tractor enorme y verde sin conductor y con su cuchara nos tomaba del suelo transportándonos. La carretera, el campo de trigo y todo lo demás desparecía. En ese momento se hacia una oscuridad total y poco a poco se iba iluminando con la luz de las estrellas. Las estrellas sabían a tarta de queso y nata, yo me comía un trozo y le daba otro más pequeño a Uaja.

Asor Rosa

De donde nacen los sueños

En mi cumpleaños mi amiga Ana “la cuentera” me regalo un libro precioso, con unas ilustraciones extraordinarias que se llama Princesas Olvidadas o Desconocidas. Y en el cuenta como para cada carácter de princesa, hay una semilla diferente y también dice que las princesas nacen de las rosas.

Hoy me ha dado por pensar, que los sueños son un poco como las princesas olvidadas, que a veces no los escuchamos, o nos parecen demasiado bonitos para hacerlos reales, o incluso la posibilidad inmediata de que fueran reales nos paraliza y nos llena de miedo. Y justo corremos en el sentido contrario, porque a veces, pareciera que es mas cómodo sufrir a saltar a la piscina y por lo menos probar a ser feliz.

Todos los días me levanto con sueños pequeños como semillas, sueños efímeros como pétalos de flores, sueños recurrentes como espigas de trigo y sueños poderosos y fuertes como árboles grandes. En muchas ocasiones llore, porque perdí muchos sueños y una mañana al levantarme todo era gris y no los encontraba por ninguna parte, por no dejar no habían ni dejado una nota de adiós, ni una dirección a donde escribir… Pero una amiga me dijo que si querías que tu vida tuviera colores tenias que alimentarte de colores, colores para comer por la boca y colores para comer por los ojos. Y ciertamente, lo recomiendo, porque aunque a veces la gente te mire raro cuando puedes repetir siete o mil veces de ensalada de frutas, te vistes con una camiseta verde, una cinta fucsia y unos pantalones rojos y sales a la calle con un pincel o te sumerges en un libro azul. Ellos no saben que estas dentro de tu propia lucha contra el gris, que estas abonando tu vida para que vuelvan a crecer esos sueños tan delicados y tan necesarios, que nos llenan de pasión e intensidad la vida.