En mi cumpleaños mi amiga Ana “la cuentera” me regalo un libro precioso, con unas ilustraciones extraordinarias que se llama Princesas Olvidadas o Desconocidas. Y en el cuenta como para cada carácter de princesa, hay una semilla diferente y también dice que las princesas nacen de las rosas.
Hoy me ha dado por pensar, que los sueños son un poco como las princesas olvidadas, que a veces no los escuchamos, o nos parecen demasiado bonitos para hacerlos reales, o incluso la posibilidad inmediata de que fueran reales nos paraliza y nos llena de miedo. Y justo corremos en el sentido contrario, porque a veces, pareciera que es mas cómodo sufrir a saltar a la piscina y por lo menos probar a ser feliz.
Todos los días me levanto con sueños pequeños como semillas, sueños efímeros como pétalos de flores, sueños recurrentes como espigas de trigo y sueños poderosos y fuertes como árboles grandes. En muchas ocasiones llore, porque perdí muchos sueños y una mañana al levantarme todo era gris y no los encontraba por ninguna parte, por no dejar no habían ni dejado una nota de adiós, ni una dirección a donde escribir… Pero una amiga me dijo que si querías que tu vida tuviera colores tenias que alimentarte de colores, colores para comer por la boca y colores para comer por los ojos. Y ciertamente, lo recomiendo, porque aunque a veces la gente te mire raro cuando puedes repetir siete o mil veces de ensalada de frutas, te vistes con una camiseta verde, una cinta fucsia y unos pantalones rojos y sales a la calle con un pincel o te sumerges en un libro azul. Ellos no saben que estas dentro de tu propia lucha contra el gris, que estas abonando tu vida para que vuelvan a crecer esos sueños tan delicados y tan necesarios, que nos llenan de pasión e intensidad la vida.
Set el perrito valiente
Hace 10 años
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